Título original: One Flew Over the Cuckoo’s Nest
Año: 1975 Duración: 133 min.
País: Estados Unidos
Director:Milos Forman Guión:Bo Goldman, Lawrence Hauben (Novela: Ken Kesey)
Música: Jack Nitzsche
Fotografía: Haskell Wexler
Reparto:Jack Nicholson, Louise Fletcher, Brad Dourif, William Redfield, Mews Small, Sydney Lassick, Will Sampson, Christopher Lloyd, Danny DeVito, Dean R. Brooks, William Duell, Scatman Crothers, Nathan George, Delos V. Smith, Vincent Schiavelli
Productora: United Artists / Fantasy Film
Género:Drama | Enfermedad. Discapacid
Sinopsis
Randle McMurphy (Jack Nicholson), un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, es recluido en un hospital psiquiátrico. La inflexible disciplina del centro acentúa su contagiosa tendencia al desorden, que acabará desencadenando una guerra entre los pacientes y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher) a la cabeza. La suerte de cada paciente del pabellón está en juego.
Comentario
“Bueno, ahora cada uno de nosotros tiene un pez, ¿de qué te ríes Martini? Tú no eres un idiota, tú no eres un loco desgraciado amigo” (Jack Nicholson)
“Mi padre era un hombre fuerte. Era como tú. Y por eso no le dejaban en paz” (Will Sampson)
Si la desconocen, puede que les parezca exagerado lo que voy a proclamar a continuación, si la han visto en alguna ocasión tal vez les resulte un tanto desproporcionado, pero les puedo asegurar que la conmoción que me causó esta película en el momento de su estreno, piensen además en un crío de tan solo 14 años cuando la descubrió, fue de seísmo de 9,5 grados en la escala Richter del estremecimiento, como pocas veces en mi vida me ha sucedido, una sensación de impacto que jamás me ha abandonado.
Pero vuelvo a verla cuarenta años después y la alteración vuelve a producirse como la primera vez. Y cuando la revisé con veinte, y con treinta… a cualquier edad, me ha pasado siempre lo mismo.
ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO, o sea ONE FLEW OVER THE CUCKOO´S NEST, por una vez el título original fue literalmente respetado, es un canto a la libertad, o mejor aún, una crítica a la represión, al orden establecido, a la uniformidad. El título no es baladí, es metafórico e ilustrativo. El pájaro en cuestión se dedica a poner los huevos en los nidos de otros, justo lo que hace aquí el protagonista, influyendo y subvirtiendo a los demás, en este caso a los pacientes de una institución mental.
El individuo en cuestión es McMurphy, un tipo pendenciero, juerguista incorregible, broncas, libertino, borrachín, que trata de evitar la prisión por un delito de violación haciéndose pasar por loco. Lo encarna de manera arrolladora, rompedora y memorablemente histriónica Jack Nicholson, lo que le valdría el primero de los 3 Oscar de su resplandeciente carrera (los otros dos fueron como secundario por LA FUERZA DEL CARIÑO y de nuevo como principal por MEJOR… IMPOSIBLE). Si tan solo tuviera que escoger una interpretación de su filmografía, sin duda sería esta, y miren que la misma está salpicada por títulos que abundan en excelencias, desde CHINATOWN hasta EL RESPLANDOR, pasando por EL CARTERO SIEMPRE LLAMA DOS VECES, EL HONOR DE LOS PRIZZI, A PROPÓSITO DE SCHMIDT, o tantos otros hitos.
Es curioso, resulta un héroe completamente atípico, propio de cierta novela contracultural representativa de la época, o más bien de tan solo unos años anteriores. Que este individuo detestable pero enormemente empático se acabe erigiendo en el valedor de las mejores esencias de la individualidad bien entendida del ser humano, no deja de resultar paradójico.
Lo que me gusta es la manera tan penetrante e intensa con que pivota sobre él la sustancia, el cuerpo de tan sabroso relato… y cómo está expuesto el discurso. El vigor que exuda, su reconstituyente sentido del humor, esa emotividad disparada como un géiser, ese tono vibrante que alcanza la culminación en un inenarrable, colosal final, constituyen todo un antes y después.
Esas terapias de los internos desprenden una fuerza inusual, la relación de amistad entre Nicholson y el jefe indio (un fabuloso Will Sampson) es de las que ponen literalmente los pelos de punta, salpicada de estallidos de complicidad que siempre me han arrastrado irremisiblemente a su comprensión y a mi sentida devoción por ambos. Además, es muy divertida, su relación y la entablada con el resto de benditos lunáticos. Hay mucho humor.
Los momentos de plenitud, de intensidad, se agolpan sin apenas conceder respiro. Ese partido de televisión prohibido imaginariamente radiado siempre me ha hecho pegar varios brincos. Y me parto con Martini “Yes”, y entiendo al jefe en su simbólico fingimiento de sordomudez, o me siento noqueado por el desvalimiento del hipersensible Billy, o directamente me encabrono con la jefa de enfermeras Ratched (lo hace tan sumamente bien Louise Fletcher que es inevitable odiarla sin remisión ni remordimiento alguno), representación inequívoca de la tiranía en cualquiera de sus manifestaciones.
Basada en una popular novela, tanto como la propia película, de Ken Kesey, éste había vivido experiencias parecidas en los turnos de noche trabajados en un psiquiátrico durante una etapa de su vida. Por cierto, el rodaje tuvo lugar en el Hospital del Estado de Oregón, en la ciudad de Salem. Algunos de los pacientes figuran como extras. Y el propio Nicholson estuvo dos semanas prácticamente viviendo allí para impregnarse de las máximas experiencias y detalles posibles para conformar a su emblemático personaje.
No quisiera tampoco olvidarme de la producción a cargo de un joven -29 años- Michael Douglas, que había comprado los derechos por haberla representado en escena su propio padre, Kirk, el cual finalmente rechazaría protagonizarla tal vez debido a la edad (de esto hace más de 40 años… y ha llegado a la centena). Tampoco de esa pandilla de impresionantes secundarios, entre los que pueden reconocer a Danny De Vito (el mencionado Martini), el loco científico de REGRESO AL FUTURO Christopher Lloyd (el alucinado Max Taber), el fantasma del tren en GHOST Vincent Schiavelli (Fredrikson) o un vulnerable Brad Dourif (Billy Bibbit) a cuyo cargo se produce una trágica escena.
Atención a otro factor muy importante, a la banda sonora, verdaderamente extraordinaria, de Jack Nietzche… turbadora, “theraminica”, vitamínica, emocionante, reveladora, imponente.
Fue el segundo trabajo en Hollywood del excelente y exilado director checo Milos Forman, cuatro años después de haber debutado con TAKING OFF (JUVENTUD SIN ESPERANZA). Constituyó el primer Oscar de su carrera, nueve años después conseguiría el segundo por otro trabajo de postín, AMADEUS.
Destacar a título anecdótico que precisamente, junto a SUCEDIÓ UNA NOCHE y EL SILENCIO DE LOS CORDEROS, es una de las tres únicas producciones de la historia en conseguir las 5 estatuillas doradas más importantes: película, director, actor principal, actriz principal y guión adaptado.
Sin duda la locura adquiere aquí su máxima expresión cinematográfica, ninguna otra propuesta la ha retratado mejor ni la ha planteado en vertientes tan diversas. Junto a CORREDOR SIN RETORNO, LILITH y NIDO DE VÍBORAS, forma el cuarteto de oro en torno a este tipo de asuntos, por supuesto encabezando a todas ellas.
José Luis Vázquez