CINE EN V.O. LIFFEYGROUP EN DEICY RELLY’S: LA CENA DE LOS ACUSADOS – Lunes 19 de Diciembre a las 21.00h

“-Adoro a su marido –Vaya, es bueno saber que a alguien le cae bien”

Una feliz, una deliciosa, una festiva mezcla de géneros, del negro al policiaco, pasando por la comedia loca… eso es lo primero que  cabe decir de esta lujosa producción Metro Goldwyn Mayer de 1934, esta película inclasificable y única en sí misma protagonizada por el matrimonio de detectives Nora y Nick Charles, uno de los más divertidos de toda la historia del cine. Simplemente aficionada ella y retirado él, se dedican a las investigaciones de crímenes por puro hobby.

El segundo es el que otorga principal punto de vista a una narración que no decae ni un solo instante, de un dinamismo y una fluidez que ochenta y dos años después de su producción continúan intactas.

Por supuesto, es obligado referirme a su mascota canina, ese simpático y graciosísimo fox terrirer llamado Asta, protagonista en España del título de la primera de sus cinco secuelas… ELLA, ÉL Y ASTA.

La historia está basada en una novela referencial dentro de este tipo de asuntos, EL HOMBRE DELGADO/THE THIN MAN, tal es el original enunciado de esta cinta, escrito por la fértil y brillante pluma del referencial Dashiell Hammett, padre del noir en los USA, pues la primera película que podría ser considerada como tal, EL HALCÓN MALTÉS, bebía en su brillantísima escritura. Los diálogos aquí paridos rezuman ironía, mordacidad y una saludable diversión en el más amplio sentido del término.

El esquema aquí empleado sería posteriormente copiado hasta la saciedad, tanto en literatura como en cine. Pero ojo, con ser importante la búsqueda o quién (el clásico “whodunit”) es el asesino, no es esto lo más importante sino la pintura de personajes y situaciones. Esa capa de individuos sospechosos, sinuosos.

Otro aspecto fundamental, en realidad hay muchos, de ese impecable acabado final es la conjunción entre esos dos actorazos que fueron Myrna Loy y William Powell, basculando entre el talentazo, la eficacia y el glamour. La química entablada entre ambos fue innegable.

S. Van Dyke, un magnífico profesional del Hollywood de la época dorada (les recuerdo joyas suyas como EL ENEMIGO PÚBLICO NÚMERO UNO, SAN FRANCISCO, ROSE MARIE, JUGANDO A LA MISMA CARTA, MARÍA ANTONIETA, LA ESPOSA DE SU HERMANO, TRADER HORN, SOMBRAS BLANCAS, HUELLAS FEMENINAS, CUANDO EL DIABLO ASOMA o TARZÁN DE LOS MONOS), fundamentalmente la de los 30, la dirigió primorosamente, otorgándole a la pareja el protagonismo adecuado y rodeándoles de una serie de personajes a cual más curioso y pintoresco. Utiliza adecuadamente una fotografía en algunas ocasiones de tintes expresionistas pero, sobre todo, de gran calado en lo que a la utilización en los momentos  más dramáticos se refiere de diversas luces y sombreados.

La trama está facturada con todos los ingredientes propios de esos tres registros en los que se desenvuelve: mujeres busca fortunas, sospechosos, lujo, miseria, momentos de lo más alocados… La resolución del misterio es llevada a cabo de manera magistral. El título español resulta en esta ocasión de lo más revelador.

Elegida por la prestigiosísima National Board of Review como una de las mejores películas del año, fue nominada a casi todos los Oscar importantes: película, director, guión adaptado, actor (William Powell)… Les recuerdo que fue el año de un éxito verdaderamente arrasador, SUCEDIÓ UNA NOCHE (una de los tres en ganar los cinco importantes junto a ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO y EL SILENCIO DE LOS CORDEROS) y también de maravillas como CLEOPATRA, IMITACIÓN A LA VIDA, ¡VIVA VILLA!, LAS VÍRGENES DE WIMPOLE STREET, LA ALEGRE DIVORCIADA o LA CASA DE ROTHSCHILD.

Extraordinaria.

Nota: A quien pudiera interesar, los 5 títulos surgidos después en torno a estos encantadores personajes son el citado ELLA, ÉL Y ASTA (AFTER THE THIN MAN); OTRA REUNIÓN DE LOS ACUSADOS (ANOTHER THIN MAN); LA SOMBRA DE LOS ACUSADOS (SHADOW OF THE THIN MAN); EL REGRESO DE AQUÉL HOMBRE (THE THIN MAN GOES HOME) y LA RULETA DE LA MUERTE (SONG OF THE THIN MAN).

José Luis Vázquez