Título original The Entity Año 1982 Duración 115min. País Estados Unidos Director Sidney J. Furie Guión Frank De Felitta Música Charles Bernstein Fotografía Stephen H. Burum Reparto Barbara Hershey, Ron Silver, David Labiosa, George Coe, Margaret Blye,Jacqueline Brookers Productora American Cinema. Distribuida por 20th Century Fox GéneroTerror | Sobrenatural. Casas encantadas. Basado en hechos reales
Sinopsis Presuntamente basada en hechos reales, narra el relato de una madre soltera (Barbar Hershey) perseguida y violada por un ser demoniaco que acude a la ayuda de un psiquiatra (Ron Silver), pero él cree que todo está en su cabeza… Comentario: Los pelos como escarpias me continúa poniendo esta película de terror, máxime si efectivamente los supuestos hechos que narra, hubieran sido así realmente, tal como nunca dejara de afirmar con rotundidad y aflicción su protagonista hasta el postrer momento de su fallecimiento. Aún así, entiendan que por muy crédulo que sea, la duda y el escepticismo me resulte inevitable… aunque la desazón también ahí queda. El caso es que su plasmación cinematográfica me parece meritoria, impactante y modélicamente efectista.
Comentario
Está basada en la vida de Doris Bither, pseudónimo de la verdadera Carla Moran, la cual afirmó durante un prolongado período de su vida, poco más de cuatro años, haber sido agredida por un ser invisible, el ente del título. Las presuntas agresiones tuvieron lugar en Culver City, California.
Parapsicología y sexo insólito y brutal son dos ingredientes con el suficiente reclamo como para que, si encima, se encuentran hábilmente entremezclados, como es el caso, mantener garantizada la atención de muchos espectadores afectos al género, curiosos o, sencillamente, morbosos, durante las dos rápidas horas que dura su metraje.
El aquí propuesto es terror ochentero, todavía antiguo en su más noble acepción. Aquél no necesitado de excesivos trucos, ni infografía, ni sobre exposición de efectos digitales para poder mantener la tensión, la expectación, la inquietud en la butaca o en el butacón del salón, pues no concibo ninguna otra manera de ver el Séptimo Arte… así de vetusto soy. Lo cual no quita para que sus más que eficaces efectos especiales se prodiguen, o más bien se dosifiquen y se erijan en uno de los reyes de la función.
La guapa, la talentosa Barbara Hershey, musa en sus más incipientes comienzos del mismísimo y más experimental Martin Scorsese (EL TREN DE BERTHA, repetiría años después con el genial cineasta como la carismática María Magdalena de LA ÚLTIMA TENTACIÓN DE CRISTO) siempre me ha parecido una estupenda actriz y mujer rebosante de saludable sensualidad. Aquí vuelve a corroborar todo ello en uno de sus papeles más complicados, pues a poco que se le hubiera ido el pistón podría haber caído en el más espantoso, grotesco y paródico de los ridículos. Anecdóticamente, informarles que debutó en 1968 al lado de Doris Day con la simpática pero discreta EL NOVIO DE MAMÁ.
Para remache, el estilo habitualmente enfático de su director, el simpático profesional de origen canadiense Sidney J. Furie (SIERRA PROHIBIDA con Marlon Brando, LOS CHICOS DE LA COMPAÑÍA C, IPCRESS, ÁGUILA DE ACERO, el biopic de Billie Holliday EL OCASO DE UNA ESTRELLA, ATRAPADO, LOS AÑOS JÓVENES con un jovencísimo Cliff Richard … más de 40 títulos jalonan su filmografía y una respetable cantidad de “tv movies”) viene que ni pintiparado para contar todo el catálogo de horrores y sufrimientos que sobrevienen a la infausta.
A propósito, la secuencia principal de la violación por parte del espectro resulta de un verismo, crudeza y aparatosidad que casan perfectamente con ese estilo de filmar citado y que ha sido distintivo de Furie durante una buena parte de su trayectoria profesional… para espanto e irritación –varias veces justificadas- de muchos. Esta puede que constituya su cima artística junto a la anteriormente citada OCASO DE UNA ESTRELLA.
Supone paradigma, efectividad, amenidad y representatividad de toda una época a la hora de concebir este tipo de propuestas. Hace tiempo que no la reviso pero me da en la nariz que no ha perdido vigencia, veremos cómo la ha tratado el paso del tiempo tantas veces inexorable. Horroriza ver algunas de sus imágenes pero, a la vez, cuesta despegar la cara. Y da miedo.
José Luis Vázquez