Título original: Young Man with a Horn
Año: 1950 Duración: 112 min.
País: Estados Unidos
Director: Michael Curtiz Guión: Carl Foreman (Novela: Dorothy Baker)
Música: Max Steiner, Ray Heindorf
Fotografía: Ted D. McCord (B&W)
Reparto:Kirk Douglas, Lauren Bacall, Doris Day, Mary Beth Hughes, Nestor Paiva, Hoagy Carmichael, Juano Hernandez, Jerome Cowan
Productora: Warner Bros. Pictures
Género: Drama. Musical | Biográfico. J
Sinopsis
Con una trompeta de segunda mano, y siguiendo los pasos de un brillante músico de blues, un chaval se convierte en un músico excelente cuyo talento le lleva de los más lúgubre tugurios a los clubs con más clase de la ciudad. Pero su desesperada búsqueda por la melodía atrapada en su mente (pero que le es imposible tocar) le lleva al tortuoso mundo de la bebida.
Comentario
Una fascinante, febril, narcotizadora película jamás estrenada en las pantallas comerciales españolas, aunque sí en TVE a finales de la década de los 70, en aquél impagable y mítico programa para los amantes del Séptimo Arte llamado SÁBADO CINE.
Un melodrama de impecable factura, exquisita recreación de toda una época, incandescente temperatura emocional, envolvente atmósfera y clásico esquema narrativo de “biopic” pero dotado de una sofocación y un desmelene singulares, que viene a ser un retrato más o menos encubierto del gran músico Bix Beiderbecke.
Junto al enérgico, descomunal trabajo de Kirk Douglas, metiéndose de lleno en la piel, en la nervatura del personaje, otro de los grandes y muchísimos atractivos de la función reside en la presencia de una magnética y perniciosa Lauren Bacall, como una mujer pretenciosa y neurótica (cuya base estriba en la típica imagen de vampiresa sensual y elegante que había establecido en su despegue dentro del género negro),frente a la cual la enorme actriz y cantante Doris Day, en un personaje mucho más dulce como contrapunto, mantiene el tipo.
Una más o menos velada, inusual y fugaz relación lésbica de la primera, apenas entrevista en diez segundos; esos ambientes de night clubs, tugurios o locales jazzísticos, tanto nocturnos como vespertinos, o esas calles neoyorquinas en los primeros instantes del día, fueron captados soberbiamente por la cámara de Ted McCord.
En lo referido a la estricta parte musical, Harry James, se encarga de doblar a la trompeta al propio Douglas, aunque este da el pego a las mil maravillas (nadie que pudiera superarle fingiendo soplar a pleno pulmón el instrumento).
También en el reparto tiene una presencia destacable Hoagy Carmichael, gran músico –de jazz preferentemente-, el mismo que ya estuviera por medio en aquél mítico encuentro y respondón idilio de la pareja Bacall-Bogart en esa cima del género de aventuras y franca amistad masculina titulada TENER O NO TENER.
El clima, la estética, resultan tan placenteras como irreprochables lo son el (endiablado) ritmo y la dirección, diríase que ambos al compás de los acordes incendiarios que marca el protagonista.
Al mando del timón, uno de mis 5 directores favoritos, Michael Curtiz, el prolífico, infatigable y magistral responsable de las eternas CASABLANCA (insisto, para mí EL TROMPETISTA es tan grandiosa como ésta), LA CARGA DE LA BRIGADA LIGERA, EL CAPITÁN BLOOD, LOS COMANCHEROS, SINUHÉ EL EGIPCIO, ALMA EN SUPLICIO y ROBÍN DE LOS BOSQUES, entre otras decenas de maravillas más.
Imprescindible.
Frases:
“La trompeta es muy buena compañía, hace lo que tú le digas… nunca te defrauda” (Kirk Douglas)
“La trompeta está cerca de ti… Es como una parte tuya” (Kirk Douglas)
“Algún día, cuando sea muy bueno, quiero hacer cosas con esta trompeta que a nadie se le han ocurrido. Tocaré una nota que nadie la ha oído antes” (Kirk Douglas)
“Qué tonto fui. Creí que tenías clase, como una nota alta que tocas una vez en tu vida. No entendía lo que decías la mitad del tiempo.
José Luis Vázquez