Título original: Splendor in the Grass
Año: 1961
Duración: 124 min.
País: Estados Unidos
Director: Elia Kazan
Guión: William Inge
Música: David Amram
Fotografía: Boris Kaufman
Reparto: Natalie Wood, Warren Beatty, Pat Hingle, Audrey Christie, Barbara Loden, Zohra Lampert, Sandy Dennis, Phyllis Dillier, Gary Lockwood
Productora: Warner Bros
Género: Romance. Drama | Drama romántico. Melodrama. Años 20. Años 30. Gran Depresión
Sinopsis
En una localidad rural de Kansas, dos jóvenes que pertenecen a ambientes sociales muy distintos se aman y deciden no separarse jamás; pero la desaprobación de sus familias y ciertos intereses ajenos a sus sentimientos acabarán decidiendo su suerte. (FILMAFFINITY)
Comentario
La considero una de las películas de amor/desamor más apasionantes de la historia del cine. De esas que si se descubren cuando se es adolescente contribuyen poderosamente a que se ame más al mismo, como fue mi caso.
Un retrato bellísimo y terrible, doloroso a la vez sobre ser joven y estar enamorado, sobre esos mismos sueños, idealismos y estados truncados por condicionamientos de todo tipo, sobre los estragos causados por el paso del tiempo, sobre represiones sexuales y prejuicios sociales, sobre sociedades hipotecadas por conceptos o actitudes ilusorias y equivocadas que afectan irreversiblemente al ser humano…
Pero no importa, como escribiera el poeta Wordsworth, tal como recita su protagonista, Dennie, en una de sus secuencias cumbre: “Aunque nada pueda hacer volver la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no debemos afligirnos, pues siempre la belleza subsiste en el recuerdo”. Quedémonos con eso, con la fugacidad dorada de los momentos vividos en el pasado, en nuestras vidas.
Es fácil que la amargura se apodere de ustedes y tal vez la más devastadora de las desolaciones según se aproxima el desenlace, o tal vez un breve resquicio, un hálito para la esperanza cuando se enfrenten a su plano fina. Es ahí cuando cobra más sentido lo expuesto en el anterior párrafo.
Unos resplandecientes Warren Beatty (en su debut cinematográfico) y una ya veterana Natalie Wood de tan solo 21 años, confieren tremenda convicción y ardor juvenil a sus descompuestas y apasionadas criaturas, tan descompuestas y apasionadas como cualquiera de nosotros, acumulando en las alforjas casi por igual desilusiones y alegrías.
Y luego está esa exquisita, lírica, arrebatadora, sobria puesta en escena del genial Elia Kazan, un director fundamental en el desarrollo del Séptimo Arte en general y en e de los USA en particular. Utiliza su cámara como un incisivo bisturí que desnuda conciencias, desenmascara hipocresías y conceptos erráticos acerca del sueño americano y la propia condición humana. Pero no quiero quedarme con sus conclusiones más deprimentes, tal vez/o precisamente porque nuestras existencias no siempre son así, me quedaré con esos momentos iniciales de luminosidad y vitalidad. Los irredentos peterpanes somos así.
Primoroso guión de William Inge recompensado merecidamente con un Oscar. Un texto profundo en su más noble sentido, en el que las líneas sociales e intimistas se conjugan de manera ejemplar.
La música de David Anram pone los adecuados acordes para reflejar todo tipo de estados de ánimo.
Al contrario de lo que expone, no pasa el tiempo por ella. Imprescindible. De esas que siempre figurarían en un listado de 50 uno cuando le preguntan cuales se llevaría a una isla desierta… la misma del salón de casa puede valer, de hecho con los años y las arrugas, acaba por resultar la más placentera.