Título original: Obsession
Año: 1976 Duración: 98 min.
País: Estados Unidos
Director: Brian De Palma Guión:Paul Schrader (Historia: Brian de Palma, Paul Schrader)
Música: Bernard Herrmann
Fotografía: Vilmos Zsigmond
Reparto:Cliff Robertson, Geneviève Bujold, John Lithgow, Sylvia Williams, Wanda Blackman,Patrick McNamara, Nick Krieger, Stanley J. Reyes
Productora: Columbia Pictures
Género:Intriga. Drama. Thriller | Dra
Sinopsis
Michael Courtland (Cliff Robertson), un importante hombre de negocios de Nueva Orleáns, pierde a su mujer Elizabeth (Genevieve Bujoid) y a su hija de nueve años en el fatal desenlace de un trágico secuestro. Muchos años después, durante un viaje por Italia con un socio suyo (John Lithgow), queda fascinado al conocer a Sandra, una joven que es el vivo retrato de su esposa.
Comentario
Comentario: ¿La mejor película de Hitchcock sin Hitchcock? No sé, no podría aseverarlo rotundo, pero así lo he pensado muchas veces, desde que la descubrí a finales de los 70, con poco más de 17 años.
No la he visto muchas veces, tan solo dos, la otra sería años después en algún pase televisivo o ya no me acuerdo bien si fue a través de una copia de dvd, pues la tengo en este formato pero la comprada todavía no la he revisado hasta el momento. El caso es que ese par de visionados siempre me han dejado huella, me han perturbado, me han generado desazón.
Su mayor influencia, es obvio, muy evidente, es mi película preferida del “mago del suspense” junto a PSICOSIS, la arrebatadoramente enfermiza y necrófila VÉRTIGO/DE ENTRE LOS MUERTOS. Al respecto, hay un travelling circular en el que los protagonistas se abrazan en el que la referencia no puede ser más nada encubiertamente delatadora.
Hay otra secuencia previa a ésta, que en este caso lo que preludia es la del carrito de LOS INTOCABLES DE ELIOT NESS, debida al mismo artífice.
Constituyó el primer éxito de su director, un tipo que había comenzado su carrera en el cine “underground” o como se dice ahora, en el independiente, y que posteriormente pasaría a ser uno de los más taquilleros de aquellos finales de los 70 y las décadas de los 80 y 90, el italo-americano Brian De Palma, cineasta por cuyo talento siento especial devoción.
Parte de una trama, de ahí las influencias señaladas, en las que el protagonista –un excelente Cliff Robertson, Oscar ocho años antes por su papel de discapacitado mental en CHARLY- años después de la trágica muerte tras un secuestro de su esposa (y de su hija de 9 años), conoce en Italia a una mujer cuyo parecido con aquella es asombroso, algo que acaba obsesionándole, tal y como deja patente el título original, OBSESSION.
Fíjense hasta donde llegarán las similitudes que hasta la banda sonora es también del compositor fetiche del maestro inspirador, el grandísimo Bernard Herrmann, cuyo trabajo fue justamente nominado a la estatuilla dorada en el apartado de banda sonora. Y los ecos sonoros no distan demasiado de los empleados en aquélla sublime historia protagonizada por James Stewart y una esplendorosa Kim Novak.
Esa virguera pero con sentido utilización de la cámara (cámara lenta, giros de 360º, picados, contrapicados, planos detalle… todo un repertorio, nunca gratuito) y ese apasionante y vertiginoso sentido del montaje que solían ofrecer las películas de De Palma son virtudes que quedan aquí de nuevo puestas de manifiesto, en el que tal vez sea mi trabajo favorito suyo, y eso que en su filmografía se agolpan otros tan rotundos y excitantes como CARRIE, DOBLE CUERPO, IMPACTO, EL PRECIO DEL PODER, VESTIDA PARA MATAR, LOS INTOCABLES DE ELIOT NESS o ATRAPADO POR SU PASADO.
Me encanta ese ritmo envolvente que esgrime, que a otros tal vez pueda parecer parsimonioso, pero que a mí me fascina (homenajeando la traducción española de su enunciado).
No se olvide el detalle, también fundamental, de que el guión es obra del calvinista y también colega, notable, Paul Schrader (EL BESO DE LA PANTERA, HARDCORE, AMERICAN GIGOLO, EL PLACER DE LOS EXTRAÑOS, AFLICCIÓN como director, autor del libreto de TAXI DRIVER), uno de los profesionales más extraños que he tenido oportunidad de conocer a lo largo de mi vida, pero individuo de vasta cultura e interés. De Palma haría retoques, en concreto uno a propósito de una escena con un telescopio, que acaba erigiéndose en un guiño/homenaje a LA VENTANA INDISCRETA.
El marco ambiental, la bellísima Florencia, también contribuye lo suyo al magnífico resultado final. Y luego está una formidable interpretación de Geneviève Bujold, actriz muy cotizada en la época de su rodaje, 1976, la misma que había sido poco antes exultante Ana (Bolena) de los mil días. No se olvide que posteriormente la pudieron disfrutar en otros títulos magníficos de suspense, todos ellos postreros de esa década y de comienzos de los 80, tales como EN LA CUERDA FLOJA, COMA o INSEPARABLES.
Los toques de una onírica luz blanca del fotógrafo Vilmos Zsigmond que, acaban de conferir el tono visual a esta historia de supuestos regresos del más allá y enfermizas pasiones amorosas, acaban por poner la guinda.
Ah… y el misterio se resuelve al final, como debe ser.
José Luis Vázquez