Título original Corpse Bride Año 2005 Duración 75 min. País Estados Unidos Director Tim Burton, Mike Johnson Guión John August, Caroline Thompson,Pamela Pettler (Personajes: Tim Burton, Carlos Grangel) Música Danny Elfman Fotografía Pete Kozachik Reparto Animation Productora Coproducción USA-Reino Unido; Warner Bros. Pictures / Tim Burton Productions / Laika Entertainment / Patalex Productions / Will Vinton Studios Género Animación. Fantástico. Comedia. Romance. Musical | Monstruos. Stop Motion. Bodas. Comedia de terror Web oficial http://wwws.warnerbros.es/corpsebride/
Sinopsis Un hombre pone en el dedo de una mujer muerta, como broma, un anillo de compromiso. Pero lo que no sabe el pobre mortal es que la muerta reclamará sus derechos como “prometida”.Comentario: Adoro, venero el cine de Tim Burton. Salvo un par de títulos fallidos –su debut con la pasada de rosca y pesadamente excéntrica LA GRAN AVENTURA DE PEE WEE y el innecesario y tostón “remake” de EL PLANETA DE LOS SIMIOS-, su obra me ha proporcionado abundantes momentos de felicidad.
Comentario
Si tuviera que decidirme por un solo título de su filmografía, bueno la verdad es que serían seis o siete –EDUARDO MANOSTIJERAS, ED WOOD, BIG FISH, SLEEPY HOLLOW, aunque firmado por Selick PESADILLA ANTES DE NAVIDAD, CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATE-, en este momento y tras haberlo revisado recientemente, me inclinaría por LA NOVIA CADÁVER. Si me lo planteo dentro de un año igual es otro. Pero ahora éste es mi favorito.
Me apasiona el arrebatador, el exacerbado, el furibundo romanticismo que gasta. O esa poética atmósfera gótica, marca inequívoca de su autor. O sus inteligentes y nada fatuas reflexiones acerca de la grisura de nuestras existencias y la apuesta por la imaginación más desbordante o por lo diferente no entendido en su concepto gay. Determinadas, como es aquí el caso, por una resolución visual aparentemente sencilla pero de lo más compleja y contundente. Como por ejemplo, mostrar el mundo de los vivos a través de tonalidades oscuras, grisáceas… y el de los muertos mediante una borrachera permanente de color, de ingentes estallidos cromáticos. Desde luego, la juerga, la alegría y vitalidad permanente en el poblacho de los muertos me genera envidia.
Y es que LA NOVIA CADÁVER es una permanente lucha de la luz, provenga de donde provenga, venciendo a las tinieblas… a las que afectan al alma fundamentalmente.
Basada en un cuento popular ruso-judío, ambientado para la ocasión en un pueblo ficticio de la época victoriana, sus influencias podrían llegar hasta el mismísimo ESTUDIANTE DE SALAMANCA de José de Espronceda, aquél de la ineludible CANCIÓN PIRATA de la infancia educativa de varias generaciones.
Burton mediante un brillante diseño de personajes filmados por su cámara/paleta centrifuga la historia para su propia causa y nos regala, o me regala para no tener que hablar en nombre de nadie más, una fascinante historia de tintes tristes y melancólicos, de amores imposibles, pero trocados estos definitivamente en puros y verdaderos. Al respecto, el momento en el que Emily, la novia cadáver se desvanece en miles de mariposas, resulta de inenarrable belleza y emotividad.
Todo ello potenciado, una vez más, por una mágica, envolvente, portentosa banda sonora del habitual colaborador del director, Danny Elfman. Dos temas destacan por encima de los demás, LÁGRIMAS QUE DERRAMAR y el SOLO PARA PIANO DE VÍCTOR, una partitura de enorme sensibilidad compuesta mediante un tempo lento y cuyo comienzo viene determinado por un do sostenido menor. La secuencia que la alberga constituye también uno de sus momentos cumbre.
Supuso un proyecto arduo y laborioso, algo bastante habitual cuando se utiliza la técnica del stop-motion, ya saben, la del fotograma a fotograma. Diez fueron los años empleados en su concepción definitiva… algo que doy por más que bien empleado en vista de los resultados. Mike Johnson acompañó en la dirección al mago de Burbank para crear esta maravilla.
Y Johnny Depp, Helena Bonham Carter o Emily Watson fueron algunos de los actores encargados de poner las voces a los protagonistas en la versión original.
No se dejen despistar por sus evidentes formas o contornos lúgubres, la película al final es un decidido canto por la celebración de la vida y del amor por encima de oscurantismos, hipocresías y represivas morales, o por todo aquello que lastre mezquinamente esa permanente proclama del Carpe diem! entendido en su sentido más respetuosamente libertario e imaginativo.
José Luis Vázquez