Título original: Peggy Sue Got Married
Año: 1986 Duración: 103 min.
País: Estados Unidos
Director: Francis Ford Coppola Guión:Jerry Leichtling, Arlene Sarner
Música: John Barry
Fotografía: Jordan Cronenweth
Reparto: Kathleen Turner, Nicolas Cage, Barry Miller, Helen Hunt, Jim Carrey, Joan Allen,Catherine Hicks, Kevin J. O’Connor, Lisa Jane Persky, Barbara Harris, Don Murray,John Carradine, Maureen O’Sullivan, Leon Ames, Sachi Parker, Sofia Coppola
Productora: TriStar Pictures / Rastar
Género: Comedia. Romance. Fantástico |
Sinopsis
Peggy Sue (Kathleen Turner) es una mujer de mediana edad que está deprimida por la reciente separación de su marido (Nicolas Cage). En la fiesta del veinticinco aniversario de su graduación escolar se reúne con sus viejos compañeros de estudios que cuentan cómo les ha ido la vida. Cuando recibe el premio de reina de la fiesta, Peggy sufre un desmayo y misteriosamente despierta en el mismo lugar pero 25 años antes. Sirviéndose de la experiencia adquirida con el tiempo, intentará cambiar los errores cometidos.
Comentario
Si la vida nos concediera una segunda oportunidad ¿cometeríamos los mismos fundamentales errores? Esta es la premisa argumental de la que se nutre, principalmente, esta maravilla de Coppola no valorada todo lo mucho que se merece.
Por supuesto, si esa pregunta tuviera que contestarla el que esto escribe, la respuesta sería rotunda, contundente, un sí muy afirmativo. Aquí, quienes no la conozcan tendrán que averiguarlo.
Considerado como un trabajo alimenticio del cineasta, creo que el paso del tiempo revela un sello propio y un entronque con algunas de sus constantes, sobre todo a la hora de abordar los estragos causados por el paso del tiempo.
Cierto que el guión no llevaría en esta ocasión su firma, sino la de los debutantes Jerry Leichtling y Arlene Sarner; cierto también que podría encuadrarse dentro del subgénero de los viajes temporales que había puesto de moda REGRESO AL FUTURO. Pero ni en un caso ni en el otro ello es óbice para crear una fábula bastante personal, dentro del ajuste a un cine más o menos “comercial” al que se tuvo que someter en aquél momento de su carrera, sobre todo tras el fiasco de COTTON CLUB.
Precisamente con respecto a ésta, se aleja de cualquier atisbo de ampulosidad, aunque a mí particularmente el esgrimido por la misma consiguiera apasionarme. Su PEGGY SUE SE CASÓ es más sencilla, más directa, sin tanto ornamento, lo cual no conlleva que esté alejada de complejidades temáticas subyacentes o más explícitas.
Lo que definitivamente me conquista es lo magnífica, lo primorosamente filmada que está. Algo constatable en ese retorno de la protagonista al que fuera su hogar, la casa de los padres. O ese momento tan especial con los abuelos.
Además, en el fondo, esta propuesta no deja de ofrecer sino una fascinante ambigüedad. Lo que vive la protagonista ¿es un sueño, una segunda oportunidad, un hecho mágico? ¿Tienen algo que ver los miembros de esa logia?
Da igual una opción u otra para lo que verdaderamente importa. Y es el hecho de constatar que estamos necesitados de los errores que cometemos para avanzar. Que las elecciones que acometemos son las que nos configuran, las que nos dan cuerpo y gracia, para bien o para mal. De lo conveniente de aceptar la vida tal y como es.
Para recrear este mundo de realismo mágico fue determinante la dirección artística de su habitual colaborador Dean Tavoularis, logrando una exquisita y estilizada recreación sesentera. O la suave fotografía de Jordan Cronenweth (BLADE RUNNER), que refuerza más la teoría de ensoñación que vive Kathleen Turner. Una Turner bellísima y de lo más adecuada, cuya elección no había sido la primera, sino la de Debra Winger.
Tampoco Coppola estaba destinado inicialmente para este proyecto, sino la resplandeciente firmante de BIG, Penny Marshall, hermana del recientemente desaparecido Garry. Pese a la capacitación de la misma, creo que se ganó con el cambio. El italo-americano da todo un recital de sobriedad, contención y emotividad. Y al igual que en EL PADRINO, comienza esta envolvente reflexión sobre la nostalgia, con un baile.
A propósito, la única que va a ese encuentro de antiguos compañeros de instituto con un vestido propio de cuando era una jovencita es la protagonista, la Reina de la Noche. El hecho de que su aspecto físico prácticamente no varíe en esos 25 años de diferencia que la describen, podría dar pistas sobre las verdaderas intenciones del relato… y saben, el ya insinuado de fabulación.
Bonita bonita bonita de verdad. Y qué contarles de su apropiadísima banda sonora, tanto la partitura original de John Barry como la compuesta por hits de la época. Ah, y Cage, el sobrino del director en la vida real, cuya contratación estuvo también en la cuerda floja, lo borda en ese rol de rocker un tanto desastrado pero firme en sus sentimientos.
Atención a las breves apariciones de Barbara Harris (FAMILY PLOT/LA TRAMA) como madre de Peggy Sue, de Helen Hunt y del mismísimo Jim Carrey.
José Luis Vázquez